por Ale Arreguez
El PJ (Nueva Línea) pide mano dura en la Facultad. ¿Seguridad para quién?
Desde los medios
nos taladran la cabeza con “la ola de inseguridad”. Perversamente se valen de
esa campaña para criminalizar y estigmatizar la pobreza, para pedir mano dura.
Con palos quieren disimular la enorme desigualdad social que este sistema
engendra, y con más palos quieren impedir que nos organicemos contra nuestra inseguridad.
La inseguridad de no saber si este mes llegamos al 30, si el mes que viene
seguiremos teniendo trabajo, si volveremos a nuestras casas después de laburar
(en caso de no morir aplastados por toneladas de azúcar o quemados por melaza hirviendo), la inseguridad de que un rati nos pille y por no
estar “bien vestidos” nos pegue un tiro, o por estar organizados en nuestros
lugares trabajo y estudio nos espíen o por ser mujeres nos obliguen a
prostituirnos.
Si hay una
institución que está implicada en cada uno de los delitos, es la policía. En su
haber tiene centenares de pibes asesinados. Con su gatillo fácil mata a 1 joven
cada 28 horas, por el sólo hecho de ser pobres. Desaparece a mujeres y niños
víctimas de las redes trata y prostitución. Desde las comisarías digita los
grandes robos organizados y se chupa a los pibes que se niegan a robar para
ellos. Luciano Arruga sigue desaparecido. Son el brazo armado del Estado
burgués, por eso, el gobierno y los grandes empresarios están sí seguros con su
presencia cuando hay que reprimir a los trabajadores y estudiantes, al pueblo
pobre que se organiza para salir a luchar por sus demandas. Los policías cobran
su salario para eso. Para amedrentar, perseguir, reprimir, someter a los
sectores más castigados de la sociedad. Para impedir, mediante la fuerza, la
conquista de cualquier derecho por el que nos organicemos.
Ahí está la yuta
de Alperovich con la montada reprimiendo a los jubilados en la Plaza
Independencia para dar fe de esto. También está vigilanteando en los Hospitales
en pleno conflicto de los Autoconvocados de la Salud. Aún pedimos justicia
junto a los familiares del joven Ismael Lucena que cayó en manos de estos
asesinos por “portación de rostro”. No se nos borra de la mente la imagen de Viviana Alderete, vendedora ambulante, madre de 4 niños, torturada a más
no poder en la comisaría Nº 5, porque (en palabras del rati del súper) “tenía
cara de andar robando”. Después de más de 10 años de su desaparición, en un
juicio histórico, está saliendo a la luz que la policía siempre supo el
paradero de Marita Verón, pero, como dijimos, cobran su sueldo para encubrir a
la Chancha Ale.
Esta es la
policía que la conducción del CUEFyL, en manos de la Nueva Línea/ Estudiantes
Humanistas nos quiere meter en la Facultad. La misma que diariamente espía
organizaciones políticas, sociales, culturales y universitarias, como salió en
la denuncia contra la
Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía, conocida como D-2. No nos
sorprende viniendo de la Nueva Línea, que apoya al Gobierno de Alperovich, quien
siguiendo la política K, tiene funcionarios que vienen
desde la dictadura como (Sassi Colombres, Goane, Miguel Brito y Pablo Brillo), que permitió que el genocida Bussi
pase sus últimos días cómodamente en Country, que aplaudió a Nilda Gorra cuando
lanzó el Operativo Escudo Norte, metiendo 3000 Gendarmes en el NOA.
Por supuesto que
la Franja Morada (en todas sus variantes/fracciones) adhiere a la política de
la Nueva Línea. La UCR tiene histórica tradición antiobrera y antipopular
defendiendo los intereses de lo más rancio de la oligarquía. La última vez que
fueron Gobierno no vacilaron en sacar la policía a la calle cobrándose la vida
de 36 personas en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. Los
radicales aprovechan cada oportunidad que se les presenta para pedir mano dura
y represión.
Las im-posturas
de la Izquierda frente a la Policía.
El principal
error de todas las corrientes que estamos en contra de la presencia policial,
radicó en haber permitido que la Nueva Línea- Estudiantes Humanistas maniobren
en la Asamblea, de manera tal, que la polarización sea: policía “adentro o
fuera”; cuando en la primera Asamblea los estudiantes ganamos por mayoría
votando en contra de la policía. Ante esta maniobra algunas agrupaciones de
izquierda (PUL-PO, La Darío Santillán-FPDS, y QUNQA-CEPA, MST) se adaptaron y con
argumentos ambiguos terminaron votando a favor de más policía en la periferia
de la Facultad. Veamos.
Por un lado el PUL (PO), comenzó planteando que más policía no era “útil” para combatir el robo. Que
estando la Facultad a una cuadra de la comisaría igual nos roban, que los
policías que ya están “se rascan” todo el día sentados en la entrada, que
cuando nos roban no quieren tomarnos la denuncia, etc, etc. Es decir terminan
avalando el discurso mediante el cual se oculta el verdadero rol de la policía,
se lo disfraza de “están para cuidarnos” y el problema entonces pasa a ser
simplemente una cuestión de pereza de la policía, falta de eficacia y vaguedad.
Quizás siguiendo
la misma lógica, el PUL mocionó sugerirle un nuevo plan de redistribución a los
ratis. Sí señores, encima que implica una resignación a que “los que ya están
se queden”, un sector de la izquierda termina tirándole ideas a los asesinos
para que con mayor eficacia “nos cuiden” (¿de qué?!), para que no se les pase
una, para garantizarles que tengan total control de todos los accesos a la
Facultad, que nadie entre o salga de la facultad sin que los botones de la
Decana nos estén fichando. Esta moción también fue votada por todas las
corrientes de izquierda arriba mencionadas.
La discusión que
se esconde detrás de policializar la Facultad es, en realidad, la de aislar a
la Universidad de la sociedad. De materializar -cana mediante-, el muro
ideológico que las políticas educativas de Menem y los K construyeron entre la
Universidad y los sectores más castigados de la sociedad. Y a esto se sumó
también la izquierda (PUL, DS, QUNQA, MST) cuando votó a favor de que la
Universidad ponga colectivos que nos lleven “a salvo” desde la seguridad de la
Facultad-Isla hasta la seguridad de nuestros hogares. (Que obviamente no es lo
mismo que un boleto estudiantil).
Otra impostura
del PO (también votada por las mismas corrientes de izquierda) es que las
autoridades deben reunirse con toda la comunidad educativa para discutir y
proponer un plan de seguridad del que deberán hacerse cargo… Otra vez le
pifiaron a la comprensión sobre el rol social de las camarillas que Gobiernan
la Facultad y la UNT. Justamente compañeros, como se hacen cargo de
SU seguridad (no de la nuestra) es que actualmente la policía patrulla
impunemente armada por los pasillos de la facultad. Nunca faltan las patotas de
“no- docentes” (pagadas por las autoridades a las que el PO les exige que se
hagan cargo) para reprimirnos cuando protestamos o perseguirnos por los
pasillos.
En el caso del
PO esta votación forma parte de una lógica política donde plantean desde
participar de las marchas donde sectores de la clase media piden mano dura,
sindicalizar a la policía y apoyar los pedidos de aumento salarial de la cana.
Sobre esto puede verse el intercambio entre el PTS y el PO acá.
Lo loco es que
los compañeros tanto del PO, como del FPDS y el PCR, bien saben que la eficiencia de la
policía no se mide de acuerdo a cuánto nos protegen. De hecho el asesinato de
Mariano Ferreyra, de Dario y Maxi, del Patón, el Jere y el Mono, el
procesamiento de Marcos Mendoza y tantas otras cosas no son sino una cruda
muestra de esto. Pero entonces… ¿Por qué votaron lo que votaron? Porque cederle
al “sentido común” de la mayoría los deja en una posición realmente cómoda. Con
planteos ambiguos, evitan tener que confrontar contra el sentido común de un
sector amplísimo, se evitan la molestia de combatir y muy probablemente quedar
“mal vistos” por muchos estudiantes. Es decir porque les resulta cómodo y
conveniente quedar bien tanto con “los que quieren más policías” como con los
que “no quieren más policía”.
El problema es
que ante esta discusión polarizada, sino es la izquierda la que defiende
consecuentemente sus principios e intenta combatir contra el sentido común de
que “la policía puede llegar a jugar un rol progresivo”, lamentablemente quien
se fortalece es la derecha.
Lo que pasó en
la Asamblea es una muestra más de que el Movimiento Estudiantil no es
homogéneo. Por eso, desde la Juventud del PTS luchamos por conquistar una
fracción importante de izquierda que esté a la altura de los tiempos que se
avecinan y que se una en las calles junto a los trabajadores, combatiendo a las
patronales, sus partidos, su aparato represivo y su Estado. No aspiramos a
recuperar los Centros o instancias de organización como un fin en sí mismo. Los
pensamos como herramientas, como medios. Por fuera de este contenido, cualquier
Centro que recupere la izquierda es estéril. Que en pos de ganar más votos en
las elecciones no se lleven hasta el final las discusiones y las posturas que
defendemos, no es otra cosa que hacer de la táctica, una estrategia. La
consecuencia grave en la que incurren los compañeros es, gráficamente sencilla:
Más policía en los alrededores de la Facultad nos debilita estratégicamente
para llevar adelante cualquier lucha o reclamo.
La tarea que
queda planteada ahora es organizarnos por echar a la policía de la Facultad,
parándonos desde la votación de la asamblea cuando se votó en contra de la
moción que proponía que la policía esté adentro (incluso estacionamientos, o
patios). Para esto, tenemos mucho más que un argumento legal. Que la yuta no
pueda ingresar en la UNT es una conquista que costó sangre a estudiantes y
docentes y que debemos defender en contra de las maniobras de las Autoridades y
la conducción del CUEFyL.