martes, 11 de septiembre de 2012

LA DESNUTRICIÓN EN LA ERA K


Por Constanza 


Nuevamente Tucumán es noticia a causa de la desnutrición infantil, los políticos y medios se asombran de que nuevamente surjan casos de niños que no tiene posibilidades de acceder a las condiciones mínimas de alimentación, como es el caso de Alejandro de Tafí viejo, que tiene 10 años y  pesa 14Kg y donde sus padres también sufren el flagelo de la desnutrición. De todas partes se asombran que nuevamente la provincia tenga “desnutridos”, cuando en todos los CAPS de la provincia se registran casos de niños en situación de desnutrición. Sin embargo,  ésta no es solo una realidad provincial. En  América latina el 45% de la población de niños menores de 17 años vive en estado de pobreza crítica, llegando incluso a un 65 % quienes padecen algún grado de desnutrición;  y siendo el sector más vulnerable los menores de 15 años; según UNICEF 7 de cada 10 chicos y adolescentes es pobre. En nuestro país más de la mitad de la población de la  argentina es pobre, son  más de 14 millones de personas  los que no tienen dinero suficiente para cubrir una canasta básica de alimentos.  Aunque no hay cifras oficiales, el CESNI, (que colabora con la Organización Mundial de la Salud) asegura que más de dos millones de niños no tienen cubiertas sus necesidades básicas, manifestándose en que el cincuenta por ciento de los chicos hasta 2 años padecen anemia por falta de hierro, culpa de la mala alimentación.
En el norte de nuestro país, la situación es mucho más alarmante  ya que 8 de cada 10 chicos y adolescentes son pobres. Sin embargo no se puede conocer con certeza aún cuál es la realidad del conjunto de la provincia, ya que existe una tendencia a la manipulación de las estadísticas oficiales por parte del gobierno de Alperovich. En los últimos tiempos se destapó la cantidad de niños desnutridos que realmente existen en la provincia, pero esto no es el primer índice que tergiversan,  lo hicieron antes con la mortalidad infantil, reduciéndola en casi un 50% por obra y gracia de la gestión de Manzur, justificándola con mayor equipamiento y capacitación en neonatología.

Como se evalúa la desnutrición en la era K

La valoración del estado nutricional es una actividad que se realiza en todos los centros de atención primaria de la salud y su abordaje implica caracterizar y clasificar a los pacientes desde diferentes aspectos: según el grado de desnutrición  a partir de ciertos indicadores, según el  grado de déficit en relación con la población de referencia; según la forma clínica o manifestaciones clínicas y según la evolución del paciente.
Luego de la crisis económica del 2001 la Sociedad Argentina de Pediatría avaló tablas de percentilos para la evaluación del crecimiento de la OMS haciendo universal su aplicación en todos los países de América latina y el Caribe actualizándolas en el año 2003 y con vigencia hasta nuestros días, donde se utilizan como parámetros estándar  para el control del crecimiento de los niños y que deben completarse e interpretarse con el examen físico completo. La  “normalidad” realizada en base a este “estándar” deja por fuera niños con claras manifestaciones clínicas de desnutrición (como la apatía, la irritabilidad, avitaminosis, etc.). Los  trabajadores de la salud vemos las manifestaciones de la desnutrición, sin embargo debemos concluir que según estos “parámetros oficiales” los niños tienen un “progreso normal”.  A lo que se suma el artilugio oficial del subregistro, donde la mayoría de los desnutridos con manifestaciones clínicos o sin manifestaciones aun visibles no son pesquisados o registrados.  


El crecimiento y desarrollo bajo el sistema capitalista

El crecimiento y desarrollo de un individuo es un fenómeno que está vinculado a múltiples factores, entre ellos, por factores genéticos y ambientales, siendo la nutrición un componente fundamental, y es partir de ello que lo niños incrementan su peso y su talla, maduran y adquieren progresivamente su capacidad funcional propia de cada edad. Todos los retrasos del crecimiento que el niño tenga en los primeros años de vida pueden ser permanentes, limitando las capacidades de los individuos para desarrollarse plenamente a lo largo de toda su vida.
Se denomina desnutrición al trastorno nutritivo que puede ser revertido pero que expone al niño a sufrir procesos infecciosos y alteración del desarrollo neuropsíquico y de la conducta, como consecuencia del consumo de reservas y componentes estructurales del organismo debido a un aporte inadecuado de nutrientes. Esta  problemática influye profundamente en el crecimiento físico y mental del niño, por lo cual representa un importante problema sanitario y contribuye a engrosar las estadísticas de la considerada muertes evitables. El flagelo de la desnutrición afecta a los niños desde la gestación dentro de la panza de la mamá,  hasta la detención de su desarrollo terminada la adolescencia; esto es evidente ya que la prevalencia de malformaciones fetales (como el labio leporino) está altamente asociado a la desnutrición materna; al tener consecuencias neuropsíquicas los niños tienen problema de aprendizaje, mayor deserción escolar, frustración, trastornos en la conducta, etc; por lo cual, los docentes son los primeros en detectar estas consecuencias. Esta situación de desnutrición en cuanto no se revierten las condiciones de vida se transfiere de padres a hijos como el caso de los padres de Alejandro.
Así los índices de desnutrición son en realidad un parámetro de la inequidad e injusticia social, que dejan al descubierto, por un lado los problemas estructurales de las condiciones materiales de millones de personas que no tienen vivienda ni trabajo;  y por el otro, la contradicción del supuesto “desarrollo capitalista” que mientras avanza la medicina y las técnicas simultáneamente se va empujando hacia la marginalidad a los sectores populares y el pueblo pobre, que en condiciones de indigencia van reproduciendo cíclicamente este problema durante las sucesivas generaciones.
           

Solo un gobierno de los trabajadores y el pueblo puede dar salida a este flagelo

Algunos estudios de diversos grupos, incluso de la organización de alimentos y agricultura de la ONU han mostrado que hay suficiente alimento para alimentar bien a toda la población; las tierras cultivables alcanzan para alimentar 2 a 3 veces la actual población. Sin embargo muchas de estas tierras están en manos de grandes terratenientes que solo les importan las ganancias,  no hay carestía de recursos sino un mal uso de ellos. En nuestra provincia solo 200 familias son propietarias del 80 % del total de la tierra de la provincia, a la vez que el gobierno destina millones de dólares para seguir  subsidiando a los grandes latifundistas. En la Argentina, Cristina Fernández anunció el año pasado un programa de estrategia alimentaria 2020, para avanzar en la sojización a fin de hacer caja, y que no está destinada a modificar el modelo del agronegocio ni a compensar las falencias estructurales de la alimentación sino a fomentar la producción capitalista a beneficio de los empresarios del agro y el monocultivo.
Por lo tanto ni el gobierno K (nacional y provincial) y ningún gobierno de las variantes capitalistas (desde el pseudosocialista sojero Binner hasta la derecha privatizadora de Macri) son la solución real a este problema, sino ¿como es posible que en un país donde exportamos alimentos para otros países tengamos tantos desnutridos por carencia alimentaria? Esto se explica porque hasta la fecha ningún gobierno ha cuestionado el modelo agroexportador de la oligarquía terrateniente ni la propiedad privada imperialista de las industrias alimentarias. Las soluciones reales sólo pueden provenir de los trabajadores, expropiando y nacionalizando las fábricas imperialistas y las tierras de la gran oligarquía argentina; elaborando un plan alimentario bajo la colectivización agraria y de los alimentos producidos en las fábricas. Esto solo se conseguirá por la organización revolucionaria de los trabajadores y el pueblo pobre para combatir de raíz este flagelo de la inequidad e injusticia social.







1 comentario:

  1. Me parece muy interesante tu articulo y creo que realmente es una locura que en nuestro pais existan desnutridos, cuando supimos ser el "granero del mundo" y tenemos la capacidad de producir para nosotros Y para exportar. De todas maneras no comparto la expropiacion de propiedades, creo que el estado deberia ser quien regule a traves de gravamenes o proyectos SERIOS para distribuir las riquezas que producimos mediante canones a materia prima y no a la industrializacion, para fomentar el trabajo y redistribuir las ganancias para todos los argentinos. Gracias por la nota.

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