Por Juan Ignacio Rovere
“Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal
que le causa la muerte, decimos que es un homicidio; si el autor obra
premeditadamente, consideramos su acto como un crimen. Pero cuando la sociedad
pone a centenares de proletarios en una situación tal que son necesariamente
expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan violenta como la
muerte por la espada o por la bala; cuando quita a millares de seres humanos
los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de
vida, de modo que les resulta imposible subsistir; cuando ella los obliga por
el brazo poderoso de la ley a permanecer en esa situación hasta que sobrevenga
la muerte, que es la consecuencia inevitable de ello; cuando ella sabe, cuando
ella sabe demasiado bien que esos millares de seres humanos serán víctimas de
esas condiciones de existencia, y sin embargo permite que subsistan, entonces
lo que se comete es un crimen, muy parecido al cometido por un individuo, salvo
que en este caso es más disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie
puede defenderse, que no parece un crimen porque no se ve al asesino, porque el
asesino es todo el mundo y nadie a la vez, porque la muerte de la víctima
parece natural, y que es pecar menos por comisión que por omisión. Pero no por
ello es menos un crimen.” (Federico Engels)
Hoy se ha vuelto es desnudar a un Régimen
compuesto de esos criminales sociales de los que hablaba Engels. Mientras
hacían tareas de mantenimiento, 7 operarios del Ingenio Concepción sufrieron
gravísimas quemaduras producto del derrame de líquidos a mas de 135°, en un
sector dónde los trabajadores venían denunciando las fallas en las válvulas. El
Ingenio, parte del Grupo ATANOR (azúcar, destilerías, herbicidas) es el
principal productor de azúcar el país, y ya cuenta en los pocos años de
administración del Concepción con la muerte de Hugo Unco en un accidente de
similares características. Productores de Glifosato, son experimentados en contaminación
ambiental. Este año debieron declarar por las graves lesiones sufridas por el
niño Bryan Maidana, quien jugando a la pelota obtuvo fuertes quemaduras por
desechos de otro de sus Ingenios, el Marapa.
Por si esto
fuera poco, este Grupo empresarial amigo y protegido del gobierno nacional
(este grupo monopólico no es para ellos parte de la “corpo”), pretende
desalojar a las más de 600 familias que ocuparon un predio por la falta de
vivienda. Cosecheros, albañiles, amas de casa, empleados públicos, del
comercio. Cientos de familias que tratan de evitar se víctimas de estos
criminales.
Si no fuera que
esta realidad se repite en cada punto del país, gobiernen peronistas,
radicales, binneristas o macristas, Tucumán podría postularse a capital de los
criminales sociales. Hace unas semanas, en una obra en de la firma MAS-ROVIRA,
falleció un obrero por la misma desidia de hoy.Nos están matando. Como a Ismael
Lucena, asesinado por la policía de Alperovich, que nada tiene que envidiarle a
su par Urtubey.
Las burocracia
sindicales son claramente garantes de la precariedad laboral, esa misma que se
llevó la vida de cosecheros de limpon hace menos de un año en Lules, mientras
la burocracia del Momo Benegas y Pellasio hacían campaña para Duhalde.
Las patronales, sus
políticos y la burocracia sindical son criminales organizados. Su convivencia
les garantiza fortunas e impunidad.
Nosotros
necesitamos organizarnos, conspirar como ellos lo hacen, pero para romper
nuestras cadenas. Por un gran partido de trabajadores in patrones y por
sindicatos sin burócratas.
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