El 8 de julio se realizará la Conferencia Nacional de
Trabajadores, impulsada por el PTS. Para conocer los motivos y
preparativos, dialogamos con cuatro dirigentes obreros: Catalina
Balaguer, Claudio Dellecarbonara, Raúl Godoy y Hernán Puddu.
¿Por qué la convocatoria a esta Conferencia?
Hernán Puddu: Ya no es novedad que la crisis
internacional está llegando a la Argentina. Las multinacionales empiezan
a descargarla sobre los trabajadores con suspensiones en las grandes
automotrices, con retiros “voluntarios” y despidos de contratados por
ahora a cuentagotas. Fiat, Renault, Iveco, atacan a los trabajadores
porque sus ventas y exportaciones cayeron. En las autopartistas ya se
presentaron 19 preventivos de crisis para justificar despidos y rebajas
salariales.
No sólo en Córdoba. En Rosario, la General Motors declaró que ya “no es
rentable” fabricar en Argentina. Un chantaje contra los trabajadores por
parte de empresas que batieron récords de producción de autos y
camiones en los últimos años. Las multinacionales toman nota del
discurso de Cristina Kirchner, que ataca siempre a los trabajadores y
quiere suprimir las huelgas y los reclamos obreros para que los
empresarios la sigan juntando en pala.
Nosotros queremos reagrupar al sindicalismo de base que se extiende
desde los azucareros de Jujuy hasta los petroleros opositores en Santa
Cruz. Para discutir en común los objetivos estratégicos que tenemos que
trazarnos, porque creemos que se vienen batallas cada vez más difíciles.
Raúl Godoy: Además de ese presente que plantea
Hernán, convocamos a la Conferencia para darle un horizonte más profundo
a la militancia que compartimos desde hace tiempo con miles de
compañeros en todo el país.
Hoy son noticia las fuertes divisiones de la burocracia sindical, una
división que forma parte de la interna peronista, que se agita con la
discusión sobre la “sucesión” de Cristina en 2015. Es una disputa por
los privilegios, por la caja. De un lado, los “gordos” que se ofrecen
como sindicalistas dóciles para aplicar los techos salariales del
gobierno. Del otro, Moyano, que sólo “defiende” a un pequeño sector de
trabajadores en blanco, los mejor remunerados, dejando afuera a más de
la mitad de los trabajadores. Encima aliado al Momo Venegas, un soldado
de las patronales agrarias. En esa interna los trabajadores no tenemos
nada que ver, son todas transas y traiciones a espaldas nuestras.
Pero en medio de la pelea de cúpulas también surge, desde
abajo, una serie de experiencias de organización y lucha más ligadas a
la izquierda y el sindicalismo de base…
Katy Balaguer: Sí, nosotros lo pudimos demostrar
hace pocas semanas, con la campaña militante y los resultados de la
Lista Bordó en la Alimentación. El 40% que sacamos muestran no sólo el
rechazo a la burocracia, sino también la importancia del trabajo de
organización y lucha de años que hicimos en las grandes fábricas del
gremio. Y la fuerza de nuestro programa, donde planteamos que se acabe
con esto de trabajadores pobres y dirigentes ricos; que ganen lo mismo
que un compañero. Llegamos a decenas de fábricas con la bandera de
“Basta de dejar la vida en las fábricas”, que se trabaje un máximo de 8
horas diarias y 5 días semanales con un salario mínimo igual a la
canasta familiar.
Esas semanas demostraron un reconocimiento y apoyo de muchos
trabajadores. Porque los que integramos la Bordo dimos peleas contra la
tercerización y la precarización, por romper el techo salarial, contra
los despidos. Y por eso fuimos perseguidos. Es mi caso, el de Poke
Hermosilla, Lorena Gentile y Oscar Coria de Kraft, el de Leo Norniella
de Pepsico o Juan Carlos Cabana de Stani-Cadbury, por nombrar algunos de
los compañeros de la Bordó que sufrieron intentos de despido o
procesamientos. Pero esas luchas fueron las que nos permitieron
construir esa corriente militante que recorrió fábricas, fiscalizó,
consiguió más de 500 avales y candidaturas, y mostró el avance del
clasismo y la izquierda militante en un gremio importante.
Claudio Dellecarbonara: Así como cuenta Katy, en los
últimos años hubo un desarrollo de muchas expresiones obreras desde las
bases. La lucha de los trabajadores del Garrahan, los telefónicos de
las contratistas, nuestra lucha por la reducción de la jornada laboral,
los ferroviarios contra la tercerización, los emblemáticos obreros de
Zanon. En un montón de lugares los trabajadores se empiezan a organizar
para enfrentar a la burocracia.
En muchos casos se conquistaron comisiones internas, cuerpos de
delegados, comisiones de reclamos y, en nuestro caso, hasta un sindicato
nuevo porque la UTA no nos representaba.
Ahora, hay que tener en cuenta que así como se desarrollaron estas
experiencias, la burocracia y el gobierno trataron de cooptarlas o
sacarles el filo. Nuestra organización, el sindicato del Subte, no
estuvo exenta de esto. Hoy damos una pelea por la independencia
política, esa que nos ha llevado a conquistar con la lucha las 6 horas,
el salario, las mejoras en las condiciones de trabajo. Hoy la directiva
del sindicato se alineó con el kirchnerismo, lo que implica perder
independencia política como trabajadores.
Porque los políticos patronales y los empresarios saben que el
movimiento obrero, con un proyecto independiente y unificando las
peleas, son un peligro para este orden de cosas. Pensá en el transporte,
por ejemplo, y la fuerza impresionante que podría tener la coordinación
de todas las expresiones de izquierda y combativas que hay en las
empresas ferroviarias, los colectivos, el subte, en Aeroparque…
¿Van a discutir el rol de los sindicatos?
KB: Sí. En la campaña denunciamos que tipos como
Daer ganan por mes $70.000, el sueldo de 15 o 20 obreras. Hay mucha
bronca en las fábricas, pero a los que levantan la cabeza muchas veces
los marcan y despiden.
Nosotros luchamos para echar a la burocracia de los sindicatos, y
poner en pie organizaciones democráticas, antipatronales e
independientes del gobierno. Que verdaderamente representen los
intereses de todos los trabajadores y en especial a las compañeras que,
como en la alimentación, son las más maltratadas y postergadas. Que
sirvan para terminar con las divisiones entre efectivos, contratados,
tercerizados, y no como ahora que fomentan esa situación.
Esta conferencia tiene ese propósito, reunir a muchos de los que
luchamos y recuperamos comisiones internas, de los que luchamos por
sacar a esta podrida burocracia poniendo en pie verdaderas
organizaciones militantes, que se plantean grandes objetivos.
Quería agregar que también van a participar jóvenes, empezando por la
Juventud del PTS, que jugó un rol importantísimo en la campaña de la
Bordó, militando codo a codo con los obreros.
RG: Para nosotros “estar” en los sindicatos no es un
fin en sí mismo, porque los sindicatos agrupan un sector minoritario de
la clase trabajadora. Son una herramienta muy importante para que los
trabajadores podamos organizarnos, muy importantes en la vida política
nacional, pero los sindicatos conducidos por la burocracia dejan afuera a
los contratados, a los precarizados, a los compañeros desocupados. De
esta forma, los sindicatos que agrupan sólo al 25% de los trabajadores,
no sólo son muy limitados para representar los intereses del conjunto,
sino que son débiles también para enfrentar seriamente a las patronales y
al Estado que las defiende.
Cuando los hermanos inmigrantes sin techo (la mayoría trabajadores
precarios) ocuparon el Parque Indoamericano, peleando por un pedazo de
tierra para vivir, la única solidaridad desde los sindicatos fue la que
impulsamos desde el sindicalismo de base. Precisamente, para pelear por
la unidad de la clase trabajadora, es que orientamos el trabajo de los
revolucionarios en los sindicatos. Como venimos diciendo “queremos
recuperar los sindicatos para ir a toda la clase obrera”.
Por ejemplo, en la experiencia del Sindicato Ceramista recibimos
desde los inicios de la lucha por la recuperación del sindicato la
colaboración de los compañeros de ATEN. Desde esa época viene también
nuestra relación solidaria con nuestros hermanos mapuches. En las
huelgas largas contra el vaciamiento buscamos el apoyo de la comunidad,
que se multiplicó cuando ocupamos la fábrica. Luchamos con los
compañeros desocupados del MTD por trabajo genuino y muchos compañeros
de las organizaciones piqueteras entraron a trabajar a la fábrica. Esa
experiencia no sólo es patrimonio de los militantes del PTS en Zanon
sino de toda la Agrupación Marrón, que impulsamos desde hace más de una
década junto a compañeros clasistas independientes.
Pero como te decía, tenemos que darle un horizonte mucho más profundo
y amplio a lo que hacemos hoy. En el sindicato ceramista fuimos
madurando esta discusión y por eso adoptamos un estatuto clasista que
reivindica la lucha internacional de la clase obrera, la rotación de los
dirigentes y las ideas del clasismo, pero además avanzamos en la idea
de que los trabajadores tienen que hacer una política de clase y
revolucionaria. Por eso, los compañeros independientes de la Marrón se
sumaron al FIT y junto al Frente conquistamos una banca, que es vista
como la “banca obrera” por muchos compañeros y compañeras.
¿Qué planteos quieren discutir en la Conferencia?
HP: El gobierno de CFK consagró el trabajo en negro y
la precarización laboral. Pese a que el empleo creció en estos años,
gran parte fue trabajo precario. Se mantiene una enorme división entre
los trabajadores, entre efectivos, contratados, tercerizados, en negro y
desocupados. Por eso un eje central a tomar en la Conferencia es la
pelea por la unidad de todos los trabajadores, superando estas
divisiones que la burocracia garantiza, como pasó en SMATA de Córdoba,
donde Dragún me expulsó simplemente por no firmar en la crisis de 2009
el despido de casi 400 de mis compañeros contratados.
La conferencia discutirá un programa contra el ajuste y contra
cualquier intento de que la desaceleración de algunos sectores
industriales implique ataques a los trabajadores. Rechazamos cualquier
despido o suspensión: si hay menos producción que se repartan las horas
sin ninguna rebaja salarial. Hay que exigir la expropiación de cualquier
fábrica que cierre, no puede quedar un solo compañero en la calle. Por
eso estuvimos apoyando a los trabajadores de la autopartista Pertrak (ex
Perkins), que este martes tomaron la fábrica contra los despidos.
En la Conferencia queremos discutir también cómo dar una pelea seria
por el salario, enfrentando el techo de las patronales y el gobierno,
con la complicidad de la burocracia. Para nosotros es necesario un
Congreso de delegados de base que lance un plan de lucha por paritarias
sin techo, por un salario mínimo equivalente a la canasta familiar de
$6.000. Un salario que se indexe por la inflación. Sólo así no vamos a
dejar más la vida en las fábricas, trabajando de lunes a lunes. Para
pelear por estos puntos queremos convocar a los compañeros que integran
con nosotros el Frente de Izquierda. Por eso también vamos a discutir
proponerle al Partido Obrero y a Izquierda Socialista impulsar juntos
una asamblea clasista.
CD: Pero además, las organizaciones obreras tienen
que trascender los límites de las fábricas y lugares de trabajo, para
convertirse en defensores de los intereses de todos los sectores, de los
más oprimidos. Desde nuestra agrupación Democracia Desde las Bases,
constantemente tenemos una política hacia los usuarios. En su mayor
parte son trabajadores, que muchas veces trabajan 12 o 14 horas, con
salarios de $2.500 o en negro, que no tienen representación sindical.
Nosotros también peleamos para que tengan acceso a una mejor educación
pública, a una mejor salud, acceso a la vivienda, cuando hay millones de
familias en la Ciudad que no tienen techo o viven en villas. Que tengan
acceso a un transporte cómodo, eficiente y seguro; es una de las peleas
que marcamos cada vez que tenemos oportunidad de hablarle a millones
por los medios. Hoy el transporte público está puesto en función de los
grandes negocios para las concesionarias, como Metrovías. El gobierno
nacional mantiene el sistema ferroviario al servicio de las
privatizadas, entonces nuestra corriente plantea, en medio de esta
crisis, que la solución sólo se puede dar con una reestatización del
transporte público, para ponerlo bajo control de trabajadores y comités
de usuarios. Sino, como venimos denunciando, seguirá costándole la vida
al pueblo trabajador, como mostró la masacre de Once.
La convocatoria plantea “Por sindicatos sin burócratas, por un partido de trabajadores sin patrones”…
RG: La clase trabajadora tiene una rica experiencia
de organización y lucha que tenemos que recuperar. No estamos condenados
a pelear toda la vida el precio de nuestra esclavitud. A pelear sólo un
poco más de salario que al otro día te lo come la inflación. Nuestra
clase hizo gestas enormes, históricas, encabezó revoluciones que
marcaron nuestra historia. Tenemos que formarnos aprendiendo de los
triunfos y derrotas de la experiencia internacional de la clase obrera,
como dije en mi discurso el 1º de mayo en Plaza de Mayo.
En nuestro país, la clase trabajadora vivió el impacto de la
revolución rusa. Protagonizó grandes gestas como la Semana Trágica, la
huelga de la construcción de 1935 que desemboca en la huelga general de
1936, las grandes huelgas de la carne de 1945 traicionadas por el PC, la
lucha bajo el propio gobierno peronista de los trabajadores de los
frigoríficos, petroleros, ferroviarios, la lucha contra el golpe del
‘55, la Resistencia con la huelga del Frigorífico Lisandro de la Torre
en 1959 que transformó el barrio porteño de Mataderos en un campo de
batalla. La lucha contra Onganía que dio lugar al Cordobazo y los “azos”
posteriores. En este período posterior al Cordobazo, surgen los
sindicatos clasistas en Córdoba, la organización antiburocrática en la
UOM de Villa Constitución, las rebeliones antiburocráticas en el Gran
Buenos Aires en 1973 y 1974 y las Coordinadoras interfabriles que
movilizan a miles en 1975 contra el gobierno de Isabel Perón. Esa fuerza
sólo la pudieron parar con el golpe genocida de 1976. A lo largo de
estas experiencias, y de toda la historia de lucha internacional de la
clase obrera, ha quedado planteada la necesidad de construir un partido
propio de la clase trabajadora, para luchar no sólo por las demandas más
inmediatas sino por el poder para la clase obrera. Hoy el sindicalismo
de base, en el que hay un fuerte componente clasista y en el que
militamos y somos parte los trotskistas del PTS, viene avanzando.
No se trata de hacer una corriente sindical más, sino de adoptar una
estrategia obrera que sea una alternativa a la crisis, para el conjunto
de los trabajadores y el pueblo, que sea a su vez internacionalista, que
apoye las luchas contra los ajustes en los distintos países y vaya
sacando conclusiones de esos procesos. Pensado así, como fuerza social
organizada, la unidad de las filas obreras, junto a los estudiantes y la
juventud, nos transformamos en una fuerza social imparable.
CD: Muchos trabajadores han hecho la experiencia con
el peronismo, como proyecto de conciliación de clases, donde los
trabajadores ponían el cuerpo y dejaban la vida, mientras los
empresarios se llevaban las ganancias. Por eso es importante que, al
tiempo que damos las peleas cotidianas, estas experiencias combativas y
clasistas sean parte de la construcción de una alternativa política, de
un partido de trabajadores revolucionario, sin patrones. Con los
compañeros de Zanon, de las agrupaciones del subte, ferroviarios,
telefónicos, gráficos o de la alimentación, para nombrar a algunos de
los convocantes, queremos debatir sobre esto. Un debate estratégico que
queremos hacer también con los compañeros del Frente de Izquierda.
Porque luchamos por cambiar este orden establecido, por una sociedad sin explotados ni explotadores.
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